viernes, 26 de noviembre de 2010

Día tres: Madriz fugaz.

Normalmente, cuando una se levanta por la mañana suele tener una ligera idea de lo que le deparará el día en términos generales. Está claro que hay veces que surgen imprevistos o situaciones que hacen que nos vayamos a la cama con una sensación más positiva o más negativa de la que tendríamos si las cosas hubieran seguido su curso natural sin sobresaltos.

Cuando me he levantado esta mañana (no sin esfuerzo, todo sea dicho), esperaba un jueves normal: clases, limpieza, comida, relajación, prácticas, cena y a la cama.

La primera parte del plan se ha desarrollado según lo previsto, sin embargo, a partir de la segunda parte no ha podido llegar a realizarse nada por una de esas pequeñas (o grandes) cosas que se interponen en nuestro camino inesperadamente.

"Cuando está de que no, está de que no". Y hoy estaba de que no, no, no.

Materiales: un compañero de piso bastante confiado, un avión a Amsterdam con salida de Madrid a las 16:30, incompatibilidad de horarios entre trenes y autobuses.

Detonante: un autobús urbano (Línea 1) que se retrasa quince minutos.

Explosión y resultado: el AVE parte sin un compañero de piso bastante confiado y una clienta que sin comerlo ni beberlo tiene que salir como alma que lleva el diablo dirección Madrid a la aventura.

Llevaba yo tiempo con ganas de meterme con el coche por la capital, porque nunca había disfrutado de la experiencia, pero siempre acaba encontrando excusas. Hoy no me ha dado tiempo a pensar ninguna, y si no hubiera sido por las prisas y el no comer, podría haber sido una tarde estupenda de paseo por Madrid. Llegada a la T1 y vuelta para tierras manchegas. Al menos hemos llegado a tiempo.

Con tanto trajín no he tenido tiempo de comprar absolutamente nada. Y ya mañana viernes, que me voy de finde con la familia, no voy a salir a gastarme ni un euro más. Eso sí, pendiente para el lunes: visita a la droguería, y búsqueda de establecimiento donde adquirir bicarbonato.

Y es que esta tarde mi incultura ha salido de nuevo a relucir: ¿Será posible que no sepa dónde se compra el bicarbonato? Se admiten insultos y/o sugerencias...

Un cordial saludo,

La clienta viajera.

6 comentarios:

  1. Huah!! Genial!! Quiero más, quiero más.
    Te enlazo muchacha :) Un abrazo

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  2. ¡¡¡Pero dime dónde se compra el bicarbonato!!! :D

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  3. jajajaja en la bicarbonatería!!

    Sobre lo de probar el experimento... Vamos a ver cuáles son las conclusiones que sacas, y después hablamos. Dónde voy a ir a comprar Pringles cuando se me antojen.... :(

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  4. Menos Pringles y más bocadillos de mortadela con aceitunas, que son mu sanos y mu baratitos... :D

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  5. Pues bicarbonato en la farmacia...

    ¡Ánimo con el cuarto día!

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