sábado, 11 de diciembre de 2010

Días once-diecisiete: sigo viva.

Como quien no quiere la cosa nos hemos plantado un tercio del tiempo establecido por delante de la última vez que escribí por aquí.

Sinceramente, tenía intención de haber actualizado algo durante el puente, pero al final he dedicado la semana a otros menesteres, como dormitar en el sofá con la película de Espartaco como música ambiental.

En esta semana he tenido ocasión de ir de tiendas para comprar un poco de todo: componentes electrónicos, regalos de reyes y/o amigos invisibles, calzado de fiesta, y como no, comidita rica.

Es curioso comprobar que los lugares donde más fácilmente se puede seguir el reto sin complicaciones sean los pueblos más pequeños o las ciudades más grandes. En los pueblos porque afortunadamente las grandes superficies no tienen cabida. Y en las grandes ciudades porque son tan grandes, que hay sitio para todos (lástima que los últimos días tenga que pasarlos en una de esas ciudades que no sabemos ni por qué se considera como tal... Pero no desfallezco, porque tengo casi todo planeado).

Echando la vista atrás, recuerdo haber visitado fruterías, panaderías, ferreterías, zapaterías... Pero es cierto que para el tema de electrónica y ocio me he dejado caer (aunque haya sido como acompañante) por franquicias como Game o Worten.

En aquellos momentos no pensaba que pudiera estar faltando a mi promesa porque mis 21 días son sin hiper o supermercados, y hasta la fecha no he encontrado Wiis ni cámaras de fotos en el Mercadona (aunque tiempo al tiempo...). Sin embargo, reflexionando sobre el consumo responsable y mis planes para después de estas semanas, creo que tampoco estaría mal buscar alternativas a ese tipo de establecimientos; o mejor aún, regalos alternativos a los productos que se pueden adquirir allí... Pero bueno, no es algo que de momento me vaya a quitar el sueño, que una cosa es querer hacer un bien por los pequeños y medianos comerciantes, y otra que me vuelva "pseudojipi" (y no es que tenga algo en contra de los "jipis", "neojipis" o "pijipis", dios me libre!). No me veo volviendo por completo al estilo de vida de los sesenta (avances tecnológicos y sociales incluidos).

Vuelvo a la rutina igual que me fui.

Un cordial saludo,

La clienta con síndrome postvacacional.

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